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La fabricación de mullidas toallas y albornoces de baño genera grandes cantidades de aguas residuales alcalinas. Esas aguas deben neutralizarse con un ácido para contrarrestar su acción corrosiva. La forma clásica de conseguirlo es con ácido sulfúrico. La forma más ecológica de neutralizar las aguas residuales es con dióxido de carbono (CO2).
En primer lugar, el CO2 se dosifica directamente en la tubería que conecta la balsa de neutralización con la etapa biológica de la depuradora. Si es necesario, se crean más turbulencias en las aguas residuales para ayudar a que el CO2 se disuelva mejor. Este método también es más seguro y fácil de controlar que la adición de ácidos minerales como el clorhídrico, el sulfúrico o el nítrico.
