ALTO VOLTAJE CRIOGÉNICO

El mundo necesita cada vez más electricidad y líneas eléctricas para transportarla. Pero cada vez hay menos espacio para nuevas líneas de transmisión. Aquí es donde entran en juego los superconductores. A diferencia de las líneas eléctricas convencionales, no necesitan superar ninguna resistencia eléctrica que, de otro modo, se comería parte de la energía.

El problema de los superconductores, sin embargo, es la refrigeración: cuanto más fríos estén, más corriente podrán transportar sin pérdidas. Para ello se utilizan sistemas de refrigeración, pero consumen mucha energía para alcanzar las bajas temperaturas necesarias, de unos -200 grados Celsius. Una alternativa son los sistemas de refrigeración que funcionan con nitrógeno líquido criogénico. Consumen menos energía de la que ahorran las líneas de transmisión sin pérdidas. Esta tecnología permite realizar tendidos de cables de hasta 100 kilómetros de longitud, de bajo consumo energético, a bajo coste y con una fiabilidad operativa muy alta.