CRECIMIENTO CON MAYOR RENDIMIENTO
Los invernaderos están diseñados para que las plantas crezcan más rápido y aumenten así su rendimiento. Aquí es donde entra en juego el dióxido de carbono: Este gas se utiliza para enriquecer la atmósfera de los invernaderos, lo que permite a las plantas soportar temperaturas más altas que favorecen el crecimiento sin mermar la calidad de los cultivos. Esto resulta más beneficioso que otros métodos de fertilización porque el gas no introduce humedad adicional en los invernaderos. Además, es ventajoso en el cultivo de tomates y pimientos, por ejemplo.